sábado, 20 de septiembre de 2008

GRAFITTI

Hay una pintada en esa pared que dice:

No encuentro ninguna diferencia entre mis percepciones de lo que está ocurriendo, de lo que deseo que ocurra, y de lo que recuerdo que ocurrió.

Sólo puedo llamar VIDA a los tiempos de espera entre recuerdos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé que pasa que últimamente esa vida, al parecer algo así como un cemento, o una cola, o un tal líquido espeso, tiende a derramarse de mi cuerpo. Y todo ello sin perjuicio aparente, ¡oiga!

Ana Sánchez dijo...

Lleve CUIDADO con esos derrames, no sé a qué pueden deberse, pero todo aquello que aparentemente resulta inocuo debe ser temido por los hijos de Caín, según los expertos de la ONU y el sabio fumador de puros de la RAE encargado de velar por la integridad de la letra X.
Póngame a los pies de su señora, por si acaso.

Ana Conda Quintana dijo...

Hola little Anne, no me imagino recordando pero recuerdo que un día quise subirte a una cometa y hacerte volar.
Luego, cuando me gritaras "¡deja ir la madeja!" La dejaría ir sin temor a volver a verte.
Sólo hemos comido boniatos.
Un beso

Ana Sánchez dijo...

Princesita, princesita... No sé si me atrevería a volar en una cometa sin que aguantaras la madeja; somos cobardes (yo). Pero sería un gesto muy noble por tu parte. Un día probamos, por si acaso. Vivan los boniatos!

Pichichi dijo...

Aprovecho este espacio para colocar mi publicidad, aunque en este caso de un producto del que no soy autor:

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No se arrepentirá.

happy bodeguero dijo...

en el pedo de la noche
los boniatos languidecen a mi espíritu y eso hace que la brisa sea una risa de la noche