martes, 21 de junio de 2011

sábado, 8 de enero de 2011

Chinas


Ha habido una oleada de adopciones en Cataluña en los últimos diez años. Las mujeres son madres a una edad cada vez más avanzada: sus óvulos no son tan fiables a los 40 como a los 20. Todo el mundo sabe que la adopción es un proceso muy lento, desesperante. Por eso muchas madres catalanas recurren a la opción china. China provee y Dios dispone.

En Barcelona hay una serie de padres adoptivos que se han asociado para compartir sus experiencias. La asociación se reune cada año, antes de verano, en un restaurante de Castelldefels. Los papás, las mamás, y las niñas chinas (chinitas) comen paella al lado del mar y charlan durante un par de horas. De esta manera se intenta que las niñas se sientan menos solas en su singularidad.

Alguna vez un papá y una mamá deciden visitar China para que su hija conozca mejor sus orígenes. En esas ocasiones, la comida anual de la asociación se llena de anécdotas de viaje, anécdotas sobre pies pequeños o atascos de nueve días, sobre humedad relativa del 95% o grandes colas en la puerta de una industria catalana que produce en China, en las que los trabajadores aguardan su oportunidad de ser seleccionados por el capataz para trabajar ese día en la cadena de montaje a cambio de un cuenco de arroz. Todas estas anécdotas son posibles, en cualquier caso, sólo por la incuestionable superioridad occidental (aunque China es un gigante económico, y acabará transformando el mercado, és clar, és clar...), y empapan la atmósfera de un aroma dulzón, entre canela y autocomplacencia, que no le queda del todo mal a la paella.

Las niñas chinas son pequeñas y no pueden decir és clar, és clar... ni tampoco és una cultura apasionant, tanmateix. Pero juegan entre ellas y, afortunadamente, también son aún pequeñas para estar agradecidas. Y, por supuesto, nadie reclama ni reclamará nunca a ninguna de ellas los quince mil euros que ha costado su adopción. Aunque saliera mal. Algo.

La asociación lleva 15 años reuniéndose anualmente en Castelldefels y las niñas chinas (chinitas) han dejado de serlo. Son ya casi mayores de edad y, aunque pueden decir és clar, és clar..., e incluso comentar las partículas clasificadoras del mandarín (partícula para “cosas alargadas y blandas”, partícula para “nubes y flores”); o quizá precisamente por eso, siguen acudiendo con sus padres a esas reuniones. Pero al final algo ha debido salir mal, porque las ex-niñas chinas han formado una asociación paralela. Algo hay en la paella o en la arena de la playa que les ha hecho rebelarse y todas han solicitado su emancipación legal a los dieciséis años, en un mes de mayo demasiado lluvioso para la zona de las costas del Garraf. En la reunión de este año se lo anuncian a sus padres (sus ex-papás y ex-mamás), complementando la explicación con toda la documentación legal pertinente pero sin dar ningún motivo sobre la decisión que han tomado.

Ese mismo verano alquilan en Sitges casa de 3 pisos con 5 habitaciones por planta, a la que se mudan inmediatamente para mayor tristeza y estupefacción de sus progenitores. És la seva decisió, tanmateix... En la planta baja del piso instalan un chiringuito de torrades y pa amb tomàquet en el que todas participan en mayor o menor medida. El negocio no tarda en empezar a dar beneficios. Con el tiempo, en los espacios comunes de las plantas superiores disponen un piano, un arpa y un escaléxtric (respectivamente).

Cinco años después de su emancipación legal, y con el negocio legal en pleno auge, la asociación de ex-niñas chinas inicia los trámites de adopción (legal, también) de una quincena de nuevas niñas en su país de origen (esto es, China). Tardan diez meses en reunir el capital necesario para formalizar la adopción, tiempo que aprovechan para hacer las reformas (legales) en la casa adecuadas para albergar a esa importante cantidad de bebés.

Desde el momento en que las nuevas niñas chinas (chinitas) se instalan en la casa, se establecen de nuevo reuniones anuales con los padres adoptivos (ex-papá y ex-mamá) de cada uno de los miembros de la asociación. Estas reuniones son siempre en Castelldefels, siempre paella, siempre antes del verano.

Las nuevas niñitas chinas disfrutan de esas reuniones con sus abuelos adoptivos, y, cuando alcanzan casi la mayoría de edad, deciden en bloque emanciparse de su mamá-asociación y fugarse con los abuelos a Benidorm.

viernes, 15 de enero de 2010

Dos señores como nosotros

- ¡Hola! ¿Qué tal? Cuánto tiempo...
- Pues sí...
- Qué ilusión...
- Bueno...
- Bueno, bueno, ¿cómo te va?
- Pues mira, la verdad es que no muy bien.
- ¡Vaya hombre! No me digas... pero, ¿te pasa algo?
- Pues sí, sí me pasa. La verdad es que estoy muy deprimido.
- Bueno, bueno, no será para tanto...
- Me he quedado en la calle...
- .... ¡Joder!...
- ...Me han desahuciado, mi mujer me ha dejado y hace tiempo que perdí el contacto con los colegas, no sé a quién recurrir.
- ...Bueno, conmigo sabes que puedes contar...
- ¿Sí?
- Claro, hombre, lo que haga falta.
- Pues la verdad es que estoy en la calle...
- ...
- Si me dejaras darme una ducha en tu casa, la verdad es que te lo agradecería mucho.
- ...Hombre...
- ...
- Es que...
- ¿Qué?
- Claro, bueno...
- ¿Qué pasa?
- Es que, mira, NO ESTÁS SIENDO EDUCADO.
- ¿Y cómo se es educado?
- Así:
- ¡Hola! ¿Qué tal? Cuánto tiempo...
- Pues sí...
- Qué ilusión...
- Mucha.
- Bueno, bueno, ¿cómo te va?
- Pues mira, tirando, ¿y a ti?
- No me quejo. A ver si quedamos un día...
- Sí, tenemos que tomarnos unas birras un día de estos...
- ¡Está hecho!
- Bien. Qué alegría, hombre...
- Sí.
- Ya me contarás.
- Sí, sí, hay mucho que contar, después de tantos años...
- Pues tengo tu teléfono por ahí, si no te has cambiado...
- No, no me he cambiado.
- Pues te llamo cualquier día de estos y nos damos un homenaje.
- Claro, tío, cuando quieras.
- Venga, pues voy moviéndome, que he quedado...
- Vale.
- Te llamo, ¿eh?
- Cuando quieras.



sábado, 1 de agosto de 2009

El recado

Tengo que hacer un recado.

Es un recado importante, muy importante, diría incluso decisivo. Llevo días queriendo hacer un recado, un recado insoslayable, podría muy bien llamarlo El Recado.

Evidentemente, tengo otros recados que hacer. Pero no puedo dedicarme a ellos hasta concluir El Recado. Debería hacer La Declaración de la Renta. Pero no antes de hacer El Recado. Debería Llamar a Mi Madre, pero qué le voy a decir si aún no he hecho El Recado. Debería hacer el Amor Con Marisa, un par de veces al menos, pero no podría concentrarme sin haber hecho El Recado. Hace días que no como nada, pero no hay tiempo que perder, debo hacer cuanto antes El Recado.

No me queda otra salida. Tengo que posponer la Declaración de la Renta, posponer la Llamada a Mi Madre, posponer el Amor Hecho y Derecho, posponer la Alimentación, posponer el Pis y la Caca, posponer el Placer, posponer el Dolor, posponer la Respiración, posponer la Vida. Pero no puedo posponer nada antes de tener hecho El Recado. Ni siquiera puedo posponer la Posposición hasta ese momento.

sábado, 23 de mayo de 2009

Mochilo

Somos blancos, somos verdes, somos negros y amarillos. Somos todos diferentes y estamos muy unidos.

miércoles, 22 de abril de 2009

9,73

2 Especiales
1 Ensaladilla

Querida Babosa:
Te escribo desde lo alto de esta esquizofrenia llamada Torrespaña en la que me encuentro por motivos argumentales ajenos a mi voluntad. A nuestra voluntad, sin duda, querida babosa. ¿O tal vez debería decir queridas babosas? Me consta que hay más de una. He consultado en Internet, e indagado en el horóscopo judío. Sé que por lo menos hay otra querida babosa que no eres tú, pero que está ahí, a tu lado en este momento de ensaladillas y huevos. Los mormones me asedian, tengo que dejarlo por el momento y huir.

Querido Especial,
2 ensaladillas me consternan en tu esquizofrenia:
La primera, en lo más alto del pirulí, se deshace en llanto y enfermedad y reclama un huevo cocido. 
La segunda, paseada infinitamente por la babosa que no soy yo y que, como bien apuntas en tu misiva, existe, tampoco tiene huevo.
La vinagreta nunca fue más asquerosa.
Definitivamente sólo nos queda huir.

¡Somos los mormones!
Y estamos requetebién. Qué ricos son los mormones, rellenos de cacahué.

jueves, 18 de diciembre de 2008

...AND A MEDIUM LIGHT COKE


Estaba tan triste esta mañana, a pesar de haber recibido en estas fechas un montón de invitaciones a suicidios colectivos, que he parado en uno de los puestos de animales de las Ramblas y me he comprado un conejo. Es un conejo enano, completamente blanco, mimoso y juguetón. En cuanto lo he visto, he sabido que me lo llevaría a casa. Lo he llamado Floc.
Llevo toda la tarde acariciándolo. Es tan suave, y está tan vivo y tan calentito... Arruga la nariz y, cuando me mira, juraría que, de alguna forma, sonríe con cariño. Ahora duerme, encogido sobre mi falda. Creo que es el ser más bello que he tenido jamás en mi regazo. Estoy deseando que llegue el martes para llevármelo a tu casa, y dejarlo corretear por tu salón mientras nos abrazamos, y comprobamos si tu perro se lo come o se contenta con jugar con él hasta matarlo.